En la era digital, el uso de pantallas es prácticamente inevitable. Desde ordenadores hasta smartphones, pasamos horas frente a dispositivos que pueden afectar nuestra salud visual. La Dra. Ruiz de ARAVIS advierte: “El uso prolongado de pantallas a día de hoy es inevitable, por lo que se recomienda tomar medidas preventivas y hábitos digitales más saludables para evitar consecuencias a largo plazo para nuestra visión”.
“El uso prolongado de pantallas a día de hoy es inevitable, por lo que se recomienda tomar medidas preventivas y hábitos digitales más saludables para evitar consecuencias a largo plazo para nuestra visión”
A continuación, te explicamos los riesgos principales asociados con el uso prolongado de pantallas y ofreceremos consejos para minimizar estos efectos.

Fatiga visual digital
La fatiga visual es uno de los problemas más comunes relacionados con el uso de pantallas. Mirar fijamente una pantalla durante muchas horas seguidas puede producir dolor de cabeza, ojo seco, y visión borrosa. Estos síntomas son señales de que estamos exigiendo demasiado a nuestros ojos y necesitan un descanso.
Desarrollo de miopía
La exposición continua a pantallas a corta distancia puede aumentar el riesgo de desarrollar miopía, especialmente en niños y adolescentes. Este problema de visión, conocido también como “miopía digital,” puede agravarse con el tiempo si no se toman medidas preventivas, como tomar descansos regulares, jugar o desarrollar más actividades al aire libre y ajustar la iluminación y la distancia con la pantalla, así como hacer un uso más saludable de los medios digitales.
Disminución del parpadeo
Cuando miramos pantallas, tendemos a parpadear menos, lo que provoca sequedad ocular y molestias, ya que no podemos lubricar el ojo de forma correcta ni hacer un reparto homogéneo de la película lagrimal. A largo plazo, esta reducción en la frecuencia del parpadeo puede contribuir al desarrollo del síndrome del ojo seco, una condición crónica que afecta la calidad de vida.
Alteración del ritmo circadiano
El uso de pantallas antes de dormir puede interferir con el sueño. La luz azul inhibe la producción de melatonina, la hormona del sueño, lo que puede alterar el ritmo circadiano y, con el tiempo, afectar la salud visual y general.
El uso prolongado de pantallas tiene riesgos que van más allá de la fatiga visual temporal. Desde el desarrollo de miopía, y ojo seco, hasta posibles alteraciones en el ritmo circadiano, por lo que es esencial tomar medidas preventivas para proteger nuestros ojos en la era digital.
Para minimizar estos riesgos, es fundamental implementar hábitos saludables, como la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mira algo a 20 pies (6 metros) de distancia durante 20 segundos. Si experimentas síntomas persistentes o tienes preocupaciones sobre tu visión, contacta a nuestros especialistas en ARAVIS para una evaluación completa y personalizada. ¡Tu salud visual es nuestra prioridad!