Conjuntivitis en verano: causas, síntomas y cómo prevenirla eficazmente
- 28 jul
- 3 Min. de lectura
La conjuntivitis es una inflamación frecuente en verano que afecta a muchas personas debido a factores como el uso de piscinas, el calor, el sudor y el aumento de alérgenos en el ambiente. Conocer las causas y los síntomas de esta afección es fundamental para evitar complicaciones y contagios.
En este artículo te explicaremos las diferencias entre conjuntivitis vírica, bacteriana y alérgica, y te ofreceremos recomendaciones prácticas para prevenirla y saber cuándo es necesario consultar con un especialista en oftalmología.

¿Por qué es tan frecuente la conjuntivitis en verano?
El verano favorece la aparición de conjuntivitis por múltiples razones:
Exposición al cloro y microorganismos presentes en piscinas y playas, que pueden irritar o infectar los ojos.
Radiación solar intensa, que reseca y debilita la conjuntiva.
Aumento de alérgenos como polen y polvo en el aire.
Sudor y contacto frecuente con manos sucias, que irritan y facilitan el contagio.
Uso de lentes de contacto en condiciones no recomendadas, aumentando el riesgo de infección o irritación de la superficie de los ojos.
Estas condiciones convierten al verano en la temporada con mayor incidencia de esta inflamación.
Síntomas y tipos principales de conjuntivitis
La conjuntivitis se caracteriza por la inflamación de la conjuntiva, con síntomas que varían según su origen.
Síntomas comunes:
Enrojecimiento y lagrimeo en uno o ambos ojos.
Picor y ardor intenso.
Sensación de arenilla o cuerpo extraño.
Edema en los párpados.
Secreciones que pueden formar costras, especialmente en conjuntivitis bacteriana o vírica.
Tipos de conjuntivitis:
Vírica: Es la más común y altamente contagiosa. Suele manifestarse con enrojecimiento, lagrimeo y secreciones acuosas.
Bacteriana: Presenta secreciones más densas, que pueden pegar los párpados, con gran afectación de la superficie ocular.
Alérgica: Asociada al polen o alérgenos ambientales, provoca picor intenso, lagrimeo y menor secreción. No es contagiosa.
Irritativa o tóxica: Causada por contacto con cloro, sudor o cuerpos extraños, genera enrojecimiento y molestias sin infección.
“No todas las conjuntivitis requieren el mismo tratamiento; un diagnóstico profesional es clave para evitar complicaciones y elegir la terapia adecuada.”
¿Cómo prevenir la conjuntivitis en verano?
Prevenir esta afección depende en gran medida de mantener una buena higiene y tomar precauciones diarias:
Lavarse las manos frecuentemente y evitar tocarse los ojos con las manos sucias.
No abrir los ojos bajo el agua en piscinas o playas; usar gafas de bucear siempre que sumerja la cabeza en el agua de piscinas o en el mar.
Evitar compartir toallas, cosméticos o maquillaje de ojos.
No usar lentes de contacto mientras nada o en ambientes contaminados o con mucho humo.
Cambiar con regularidad fundas de almohadas y sábanas.
En caso de alergias, minimizar exposición a pólenes y polvo, y seguir prescripciones médicas.
¿Cuándo debo acudir al oftalmólogo?
Es fundamental consultar con un especialista si los síntomas son intensos o prolongados, especialmente si se presentan:
Secreciones abundantes o que forman costras.
Párpados hinchados o dificultad para abrir los ojos.
Dolor ocular intenso o sensibilidad a la luz (fotofobia).
Empeoramiento de los síntomas o si aparece visión borrosa.
“No todas las conjuntivitis requieren el mismo tratamiento; un diagnóstico profesional es clave para evitar complicaciones y elegir la terapia adecuada”, explica la Dra. M.ª Pilar Ruiz del Tiempo, oftalmóloga en ARAVIS.
Conclusión
La conjuntivitis en verano es una afección común pero prevenible con medidas simples de higiene y cuidado ocular. En ARAVIS te aconsejamos proteger tus ojos y acudir a revisión ante cualquier síntoma sospechoso para recibir un diagnóstico seguro y un tratamiento personalizado.